Gracias a las ilustraciones de portadas de los cuadernos Colón en los años 80-90 conocí el trabajo del maestro Karto. En el Fotoló (chiguá, así logo) de mi amiga Peta me encontré virtualmente con este ilustrísimo ilustrador (valga mucho la redundancia).
Luego, nos agregamos como contactos en FB, siempre conversando en línea sobre el arte y temas cotidianos. Yo no tengo alma de groupie (jamás pediría un autógrafo a alguien, muero de vergüenza ajena), pero sí siento admiración por las obras que lo merecen y creo que Karto es el mejor dibujante, ilustrador y caricaturista contemporáneo de nuestro país.
Imagínense mi alegría al saber que tendría la oportunidad de verlo en persona: Karto ilustrando las canciones de Joe Vasconcellos en el Café del Patio.
Como nos encontrábamos por primera vez, me sorprendió muchísimo que él mismo me reconociera (no tuve que abrir la boca), incluso me saludó con excelente disposición, a pesar de estar ocupadísimo con la preparación de su performance de esa noche.
El gringo y yo nos sentamos cerca de la pantalla y de la mesa en que se ubicaron los músicos y el mismo Joe a cantar y tocar. La mesa en que nos sentamos estaba reservada, pero el mismo dueño dijo que podíamos ocuparla sin problemas. Gracias a él.
Llegamos como a las ocho y media y ya costaba encontrar lugar. Empezaron a tocar y dibujar como a las diez, cuando ya estaba repleto.
Fue una experiencia realmente única: a medida que el entusiasmo de la gente crecía por la interpretación muy relajada y cómoda de Joe (no había amplificadores ni micrófonos, sólo guitarras y bongó) en la pantalla gigante se delineaban con gran precisión y velocidad inigualable las obras maestras de Karto.
No hay palabras para explicarlo: fue catártico. Por momentos así vale la pena soportar todo el smog y desventajas de "Santiasco".
Aparte de la increíble experiencia que todo ello supuso, el Café del Patio es un lugar muy agradable para ir a carretear. Tienen platos vegetarianos en el menú y variedad de cervezas nacionales. La gente que atiende las mesas es muy amable y pareciera que todo el mundo se conoce, porque todos se saludan con mucho afecto y entusiasmo. Yo comí verduras al wok con almendras y leche de coco, exquisito. El pan es integral, buenísimo.
Desafortunadamente, tuvimos que irnos temprano, porque como el gringo y yo trabajamos en horario de oficina, el miércoles no es un día "trasnochable" y siento que hoy el carrete de ayer me pasó la cuenta.
Sería ideal que esta manifestación artística se repitieraa y, de ser así, les recomiendo que no se lo pierdan.
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