Hoy me pasaron dos cosas particulares:
- El gringo y yo nos subimos a la misma micro, casi al mismo tiempo, pero sólo nos dimos cuenta cuando estábamos los dos arriba y nos fuimos pololeando todo el camino, felices de la vida. Anduve todo el día sonriente y cantando, como hacía tiempo no lo hacía en la oficina.
- El gringo me dijo que nunca había conocido a nadie que se preocupara tanto por él, excepto su mamá, refiriéndose a mí. Supongo que ese es un aspecto del amor adulto. No sólo te interesa estar con la otra persona en las nubes y pasarlo bien, sino que también su bienestar. Creo que es un buen síntoma para diferenciar el cariño verdadero de la tontera.
Y me callo porque no tengo nada más qué decir. Nos leemos.
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