Eres lejos el hombre más estupendo que he conocido en toda mi vida.
Es verdad que la gente haría cualquier cosa por una cara bonita, porque yo haría cualquier cosa por ti.
Tus rasgos perfectos me estupidizan (si existe la palabra).
Claro que ceder ante la estética es absolutamente humano. Responde al impulso biológico que permite que las madres cuiden de los niños hermosos con más amor y la evolución mejore la raza humana.
Y muchos dirán que soy una tonta superficial, por dejarme llevar por tu nariz como hecha a mano, pero simplemente puede más que yo.
Me ha pasado tantas veces que cuando miro el fondo de tus ojos verdes me olvido de todos mis principios al respecto y de cómo solía decir que no me importaba el físico en un hombre sino otras cosas como la simpatía, la personalidad, el cariño, etc. Ahora no quiero besar al sapo, sólo al príncipe directamente.
Tu altura imponente, ancha espalda y largas piernas me hacen pensar que puedo ser idiota por adorarlas, pero una idiota muy muy feliz.
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