Ayer, después de meses de tratar de coordinar horarios, fuimos al cine con la Carito. Queríamos ver algo romántico o dramático, el tipo de cosas que no puedes ver con tu pololo porque él es "muy macho" y no puede someterse a semejante vejación (sentarse en una sala de cine donde la mayoría de los asistentes son mujeres que lloran como si se les hubiera salido un taco (de los zapatos).
En fin, la cosa es que para cuando el taco le permitió a la Caro llegar a la boletería, "Nunca es tarde para enamorarse" ya había empezado y las entradas para "La cruda verdad" ya se habían agotado.
La siguiente película era la segunda parte de "Che Guerrilla", ni lo pensamos, ya estábamos ahí, así es que compramos las entradas (con descuento de Entel PCS, qué buen invento).
Me dio tanta pena ver que éramos 3 personas en la sala. Después llegaron 3 pelagatos más (no los conté, pero definitivamente éramos como máximo 6 personas). Igual es cómodo y rico que haya poca gente, ¡pero 6!!! Aprovechen de ir al cine mientras exista, de verdad creo que le queda poco tiempo de vida.
Con respecto a la película, la encontré buenísima: buena fotografía, buena ambientación y la actuación de Benicio Del Toro es totalmente creíble. La recomiendo a ojos cerrados.
No ví la primera parte, pero sí "Diarios en Bicicleta" y he estado dos veces en Cuba, así es que tenía alguna idea del contexto histórico e información sobre la revolución cubana.
Igual siempre me queda la duda de si capturaron al Che vivo y lo mataron o si murió en combate. Creo que nunca se sabrá con certeza.
Personalmente creo que el Che era una buena persona, un idealista, un soñador, un Quijote. Pero viendo en lo que se ha convertido la revolución cubana (he hablado con un montón de gente de allá que de verdad está puro esperando que se muera Fidel) uno se pregunta si tanta sangre valió la pena.
Es más, me pregunto si cualquier revolución vale la pena, es decir, finalmente quien sea que esté en el poder se corrompe, se olvida de los problemas de la gente que luchó o los eligió y vamos dándole de comer a la máquina burocrática, llámese ésta dictadura o democracia.
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