Un primero de mes como hoy, hace ocho meses, me pediste que fuera tu polola, yo acepté inmediatamente y desde entonces mi vida ha cambiado radicalmente.
Este tiempo ha estado lleno de viajes, rock y carretes juntos. Y hemos empezado pequeñas tradiciones que seguimos en forma casi inconsciente. Como el que los jueves y los sábados ya no son cualquier día: son nuestros días. O que espero tu llamado cada mañana y tarde/noche (es fácil acostumbrarse a lo bueno).
A estas alturas (ya va a ser un año desde que nos conocimos) hemos ganado harto terreno en lo que a "conomiemiento" de gustos y reacciones se refiere. Sí, ya no es un misterio que mi orgullo es del tamaño de América del Norte, soy polvorita, impulsiva y frente a situaciones difíciles reacciono de la peor forma posible pero eventualemente vuelvo a mis cabales (o más bien me haces volver a mis cabales). Por fortuna la vida me proveyó sabiamente de tu cerebro y prudencia para poner mis pies en la Tierra. Gracias por cuidarme y aconsejarme.
Bueno, ahora en serio, cada día te admiro más, por tu integridad, honestidad, buen juicio, sobriedad y bondad. Son valores casi imposibles de encontrar hoy en día y soy la mujer más afortunada de la Historia al tenerte a mi lado.
El amor correspondido es lo máximo en el Universo y sus alrededores.
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