miércoles, 22 de octubre de 2008

La razón

Me gusta estacionar frente a tu casa, poner Metallica y recostar mi cabeza sobre tu pecho. Escucho tu corazón y tu voz profunda resuena en tu caja toráxica.

Me besas suavemente al son de Unforgiven, miro las hojas de los árboles, te abrazo, me río, juego, te beso...

Es tarde, van a ser las dos, tengo que irme, no quiero ¡Maldito tiempo! que pase rápido, que llegue de nuevo el jueves o el sábado, necesito verte nuevamente.

Eres la razón de que muera porque el tiempo juegue con mi paciencia.

martes, 21 de octubre de 2008

A mí no más me pasan estas cosas

El otro día salí con el gringo y como siempre nos fuimos en metro hasta Escuela Militar y me dejó en el taxi que tomo para mi casa.

Todo iba viento en popa - lo habíamos pasado la raja en el Patagonia de Lastarria e íbamos abrazados en el metro todo el camino jugando a "no puedes besarme" (amo ese juego que inventó él) - hasta que, al momento de la despedida, me pregunta: "¿Me llamas cuando llegues a tu casa?" y yo le contesto "Sí, mi amor"

¡¡¡Sí, mi amor!!! Nadie puede decirle "mi amor" a alguien con quien ha salido 5 veces. Creo que casi me morí.

Inmediatamente dije "o sea... sí, te llamo", pero él me contestó "sí te escuché" con tono jocoso y yo pensando que había pasado piola ¡horrorrrrrrrr!, entonces, para más remate, repliqué desesperadamente "Perdón, perdón, perdón" con un acento lastimero. Supongo que ante eso el pobre se apiadó de mí, porque me contestó "está bien" en tono conciliador.

¡Uf! Las ví realmente verdes. En realidad no sé por qué se me salió ese "mi amor", pero es mejor no indagar en las razones porque "quien que explica se complica".

Obviamente no he vuelto a tocar el tema y ya hemos salido un par de veces más sin incidentes de ese tipo, así que creo que sobreviví. Conclusión: soy taaaaan perna, que no tengo vuelta, tengo LOSER escrito en la frente.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mea Culpa

Así es, no soy una persona increíblemente buena ni perfecta (¿no se habían dado cuenta?), soy mal genio y polvorita (se me enciende la mecha de la ira con las situaciones más inesperadas), tiendo a ver la paja en el ojo ajeno en vez de la viga en el propio y soy un poco egoísta como todo el mundo (por ejemplo cuando me da flojera salir de mi ostracismo y dejo plantado a medio Chile).

Igual tengo harto amor para todos, echo de menos a mis amigos y me interesa su bienestar, aunque no los llame nunca. Pero debo confesar que tengo un pecado horrible: soy espantosamente orgullosa, creo que preferiría morirme a soportar una humillación grande.

Me explico. Toda mi infancia y adolescencia fui una niñita insegura, buscando siempre la aprobación de los papás, profesores, hermana, compañeras(os) y hasta de la gente que pasaba por mi lado en la calle.

Hace unos pocos años (diría que cuando salí de la Universidad) me liberé de toda esa carga y ahora simplemente creo que acomplejarse y preocuparse por lo que está en la cabeza de los demás es una pérdida de tiempo (tampoco soy una loca a la que le importa todo un pepino o una antisocial, igual me interesa encajar con el resto en la medida que ello no comprometa mi esencia). Pero todo eso trajo como consecuencia una nueva seguridad y un pavor atroz a perderla: ORGULLO.

No se malentienda la cosa, mi soberbia King Size no me impide dar mi brazo a torcer en determinadas circunstancias, pero cuando siento que mi dignidad se puede ver afectada de alguna manera no hay forma de que ceda. Y es que mi lema de vida ha resultado ser "Siempre Digna", me he dado cuenta.

Es difícil no pasar del amor propio sano y necesario al orgullo excesivo, porque en el fondo todos somos infantes inseguros hambrientos de amor y aprobación. Alguna gente lo disimula con máscaras de prepotencia y desdén (lo que los hace bastante despreciables, opino yo). En cambio, yo me oculto detrás de lo que me nace: "la buenita servicial". Esa persona que siempre hace lo correcto, no se permite ni pensar mal de los demás, ni menos habla mal de nadie y está dispuesta a ayudar a todos en cualquier circunstancia. No sé si será tan legítimo, después de todo es un mecanismo de defensa, pero por lo menos no me quedo en las buenas intenciones.

En fin, como en la canción "Boys don't cry" de The Cure, creo que hay ciertas cosas que mi orgullo no me dejaría reconocer ni ante mí misma.

Y, por último, ya tengo edad suficiente para saber qué quiero y qué no, así como qué puedo soportar y qué no.

martes, 14 de octubre de 2008

En el Starbucks con Peta

La cosa es que ayer estuvimos con la Peta en el Starbucks de Ricardo Lyon. Realmente amo los Starbucks, ese ambiente cosmopolita que tienen ¡me mata!!!

Salí de mi rutina, hice una excepción del porte de un buque, no me fui de la pega a la casa directamente un día lunes (últimamente he hecho más excepciones en ese sentido) y lo pasé demasiado bien.

Como mucha gente a la que quiero, veo a la Peta tarde, mal y nunca, y es que el ostracismo me tiene por el cuello todo el rato. Salgo tan raja de la pega, que no me dan ganas de hacer otra cosa que no sea meterme en mi cama con el control remoto y el notebook y eso es algo que las personas que no trabajan 9 horas diarias encerradas en una oficina no pueden entender.

La cosa es que con la Peta somos totalmente distintas, de partida tenemos como 12 años de diferencia, ella es artista y yo una oficinista esclava del sistema, ella la lleva todo el rato, tiene ene onda y yo soy una pernísima, pero por alguna razón misteriosa, nos llevamos la raja, podemos estar horas conversando, nos reímos de las mismas cosas y tenemos una visión de la vida bastante parecida ¡Plop!

Todo esto, me llevó a pensar en las relaciones complementarias. Aquellas en las que ambos son, si no opuestos, muy distintos. En esos casos, uno puede amarse u odiarse, al final lo que decide todo es el feeling, la química, en el fondo, supongo que a eso se refiere la gente cuando usa la expresión "hacer buenas migas".

Pero no basta con eso, las amistades (en su génesis) son sensibles al tiempo y a las circunstancias, hay momentos en la vida en los que estamos más dispuestos a dejar entrar gente a nuestro metro cuadrado y otros en que estamos tan "ocupados" con nuestras pequeñeces, que vemos pasar gente valiosa a nuestro lado y no somos capaces de reconocerla. Incluso esa gente que es "amiguera" y "se hace amiga de todo el mundo" finalmente siempre tiene sólo unos pocos amigos más íntimos que ha hecho en momentos de mayor receptividad.

De hecho, un comercial de Nat Geo mostraba estadísticas de distintos aspectos de la vida de un ser humano, por ejemplo: "pasarás XX horas de tu vida buscando el control remoto" y así. El punto es que en ese comercial había una parte en que mostraban la evolución de la cantidad de amigos a través del tiempo, no me acuerdo de los datos exactos, pero daba como para pensar que "mientras más viejo, menos amigos". Puede ser que eso le pase a la mayoría de las personas porque hacen amigos en la infancia o adolescencia, o en la Universidad y cuando forman una familia los dejan de ver y ya no tienen la capacidad para volver a hacer nuevos amigos al mismo ritmo.

En realidad, cuando uno es adulto ve: a los compañeros de oficina, a la persona (o personas) con la que vive y a las multitudes en lugares públicos como supermercados, bancos, tiendas, etc. El que tiene suerte puede estudiar algún post-grado y conocer compañeros de estudio, pero claramente ello no aplica al común de la gente.

Además, los adultos se ponen paranoicos, juran que el otro "se los quiere cagar" o "algo quiere" tienden a no creer en la entrega gratuita, en todo caso la pérdida de la inocencia es una consecuencia natural del aprendizaje adquirido a través de los años. Tal vez por eso los gringos adultos se apegan tanto a las amistades que hacen en las vacaciones, no están predispuestos como en la casa a desconfiar de la gente. A mí misma me pasa eso, me da terror que me aborden en el centro de Santiago, pero me puedo ir conversando con cualquiera en la micro en el sur de Brasil.

Toda esta cháchara me lleva a dos conclusiones:
1.- Tratar de no ser tan paranoica y desconfiada, y
2.- Tratar de mantener la capacidad de entablar amistades.

lunes, 6 de octubre de 2008

Guía Práctica Para Regalar a Valeria En Su Cumpleaños


Regalar es todo un arte, con el simple acto de intercambiar un regalo uno puede hacer que el regalado se sienta increíble, indiferente o fatal.

Para evitar a mis queridos amigos la lata de pensar qué regalarme para mi próximo cumpleaños (si es que alguien ha pensado en regalarme algo para mi cumpleaños), he creado esta práctica guía que contiene tanto lo que le gusta como lo que no le gusta a la futura cumpleañera. Enjoy it!

- Saludos, abrazos, palabras de aliento, sonrisas y energías positivas

- Flores, siempre alegran la vida

- Chocolates, sobre todo bombones con rellenos ricos ¡mmmmmhhhhhhh!

- Tragullos varios, a saber, Amarula, Baileys, Amaretto Di Saronno y similares. ¡Ah! Me encanta el vino blanco :P

- Cualquier cosa que se pueda encontrar en las librerías Francesa e Inglesa

- Joyas de fantasía y pañuelos de cuello, son mi gran vicio y me encantan los colores y diseños estrambóticos

- Colonias, perfumes, jabones y todo lo que tenga aromas cítricos y/o frescos (los florales me marean)

- Brillos labiales de todos los colores y sabores, los amo y se pueden comprar en cualquier farmacia :)

- Música (nada romántico ni reggeatonero). Pista: No tengo los discos: "Five Minute Love" de Redulce, ni "Spiniak es una Opción" de las KinderPorno

- Todo lo relacionado con cinearte y buenas películas de terror (no Saw II, por ejemplo)

- NO malas ondas, comentarios venenosos ni pelambres, si no tiene nada bueno que decir mejor quédese callado

- NO pelotas de fútbol, ni camisetas de fútbol, ni nada relacionado con fútbol

- NO adornos, figuritas para la casa, ni cajitas de feria de artesanía, ni nada por el estilo

- NADA que huela a vieja o que me haga ver vieja, ni... bueno, creo que la idea ya se entiende

Por último, puedo decir que no me considero regodeona y que el precio me importa un pepino, nunca me he fijado en eso, lo único que me interesa en realidad es la buena onda con que a uno le regalan. Sé que para todos es un esfuerzo y, a veces, una lata tener que comprar regalos de cumpleaños, por eso todo en este caso, a diferencia de otras situaciones de la vida, lo que más importa es la buena intención, lo demás está de más.

sábado, 4 de octubre de 2008

hasta ahora vamos bien

no me he sentido mal del corazón
es un buen síntoma
aún es muy luego para saber si la propafenona funcionará
ahora nunca tengo hambre, por mí no comería nunca
esos son todos los efectos experimentados hasta el momento
como decían en los años 80: "hoy vamos bien, mañana mejor"