martes, 6 de mayo de 2008

La procesión va por dentro

Sé que no fue un fracaso absoluto la intervención, pero aún así me siento desilusionada, derrotada, cansada, frustrada
Porque el panorama de no volver a ver a un cardiólogo se diluyó en un mar de ciento treinta latidos por minuto
Tengo rabia, tengo pena, quiero gritar y patear, pero no me doy permiso para eso, porque debo estar agradecida de haber sobrevivido hasta ahora...
La procesión va por dentro

No hay comentarios: