Pucha, el Igna tiene razón, uno puede esperar muchísimo de la vida, pero ella definitivamente "no está ni ahí".
Estoy un poco depre porque mi corazón no deja de molestar, el doctor sólo tiene diagnósticos preliminares y no le ha achuntado al remedio que me haga bien. Mientras tanto yo me siento como si me tomara decenas de cafés espresso y Coca-colas juntos al día.
Por supuesto que con 130 pulsaciones por minuto tengo que cumplir igual con mi trabajo, ir a clases del diplomado, juntarme con mis compañeros a hacer los trabajos del ídem, atender mis compromisos familiares y andar de buen ánimo, más encima, para no ser una vieja cascarrabias y amargarle el día a todo el mundo, porque eso es de mal gusto (bueno y además es mala onda).
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