jueves, 12 de junio de 2008

No te quedes en el pasado, nena

Anoche antes de dormir me estuve acordando de un comercial que daban en la tele. Era en blanco y negro y estaban unas pobres imitaciones de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en la película Casablanca. Ella lloraba a mares porque él se iba y él (en un juego de palabras bastante poco ingenioso y muy predecible) le decía: "no te quedes en el pasado, nena". Acto seguido, le entrega un paquete de pañuelos Elite, que se supone eran la novedad del momento, porque la gente hasta entonces usaba pañuelos de género.

Y me puse a pensar que la famosa frasecita publicitaria tiene razón. Es lindo recordar todo lo bueno que tuvimos en nuestra vida pasada y aprender de nuestros errores, pero no hay que quedarse pegado en el pasado.

Yo tuve un pololeo largo que terminó en ruptura. Vivimos mil momentos maravillosos, viajamos, nos reímos, lloramos juntos también, nos quisimos mucho y yo hubiera dado mi vida por él. Compartíamos la vida, no lo olvidaré, pero creo que hay momentos para recordar y otros para olvidar.

Ya viví el luto de esa relación y hoy no es el tiempo de sentir nostalgia de lo que no fue.

Creo que la mejor decisión que tomé en mi vida fue pedirle que ya no me llamara nunca más. Fue mucho más fácil olvidarlo al no tener contacto, porque cuando hablamos nuevamente después de años, ya no teníamos nada en común.

Ya no nos reíamos de las mismas cosas, habían cambiado nuestros intereses, éramos otras personas y me dí cuenta de que yo no lo extrañaba a él, sino a la persona que él había sido a mi lado, pero al contactarnos nuevamente pude constatar que esa persona ya no existía.

Lo último que supe de él fue que se casó con la polola que tuvo inmediatamente después de mí. Ese día me sentí mal, pero no me afectó tanto como yo creí. Fue como en la película "Cuando Harry conoció a Sally", ella dice: "no es que él no quisiera casarse, sino que no quería casarse conmigo". Yo sentí exactamente eso. Ahora es una experiencia más en mi vida, ya no duele más.

El amor y el desamor son difíciles, pero pueden ser más fáciles si nos hacemos fuertes en vez de lamentarnos de nuestra desgracia y hundirnos en el dolor.

El amor se debe vivir aquí y ahora, no existe amor en el ayer, sólo la nostalgia.

No hay comentarios: