Estábamos en la pista de baile, pop por aquí, por allá. Repentinamente, los acordes de la introducción de Sweet Child O'Mine por Guns'n Roses despertaron mis oidos, mis pies, mi cuerpo completo.
Miraste mis ojos y me señalaste al cantar "You've got eyes of the blue sky". Y ahí lo tuve: un instante de felicidad.
Y quiero más de esos momentos, muchísimos más...
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