jueves, 26 de febrero de 2009

Amo la Gancia del Olio Santo

Es mi tentación irresistible, la sirven batida con hielo y jugo de limón. No sé si la sirven en otra parte de Santiago, yo no la he visto.


¿Qué es la gancia? Gancia en Wikipedia.

Se parece al Martini, pero es muchísimo mejor, la amo, hay que ir a probarla al Olio Santo antes de morirse, les juro.

Amo al gringo, amo a la Humanidad entera también (pero con menos intensidad obviamente).

Sean felices y vivan el momento sin enrollarse.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Capacidad de amar

Todos la tenemos, pero sólo algunos la desarrollan. Si todos lo hiciéramos, seguro el mundo sería mejor.

Yo todavía no pierdo la fe.

Uno siempre dice "pero yo que soy una persona como cualquiera, con mi pequeñeces y egoísmos, que me he peleado con mi hermana/hermano/papá/mamá/ex/perro/gato/canario, que me dan ganas de mandar a todos a la punta del cerro, que me pongo furibundo/a cuando me pasa tal cosa ¿cómo voy a desarrollar mi capacidad de amar?

Es que es difícil, muy difícil como decía la canción sesentera. Hay que ser amable con todos, centrado en las situaciones límite (a veces la rabia nos enceguece), dejar el orgullo de lado (personalmente es lo que más me cuesta) y perdonar a todo el mundo de todo (incluyéndose uno de no ser perfecto), entre otras linduras por el estilo.

Suena imposible y pueda que lo sea, pero todavía creo que todos podemos hacerlo si nos lo proponemos de verdad. Vamos por partes, dijo el carnicero.


La amabilidad en lo cotidiano


Se puede empezar con pequeñas cosas como saludar a gente con la que nunca intercambiamos palabra por lata o miedo de que nos lateen. Tampoco se trata de entablar conversaciones eternas y exponerse a escuchar las tonteras de todo el mundo, sólo saludar.
Yo soy amable, pero solitaria, me carga que me hueveen los pollitos. Por ejemplo, almuerzo sola y me cuesta mucho salir a escuchar o ver gente a la hora de almuerzo. Cuando veo personas las trato con amabilidad, pero no con zalamería. Sin embargo, no tengo paciencia para disponerme a ser oyente incondicional.

Ser amable a todo evento es lo máximo, cuando estás en una reunión y ves que la cara de alguien se pone roja de rabia, impotencia o lo que sea y la otra persona se mantiene ecuánime y la trata con toda cortesía, no puedes evitar admirar a este último. Esa es la meta.

Si te insultan, no pongas la otra mejilla, mantén tu educación y trata al otro con toda amabilidad. El que agrede es quien está mal, no el agredido.

Las situaciones límite son todo un tema

¿Quién puede asegurar que nunca ha perdido la calma? Si alguien muere, si pasamos un susto de muerte o la ira nos invade por completo por alguna razón determinada, tendemos a perder el control rápidamente. Es en esos momentos en que más necesitamos templanza. Algo que nuestros antepasados ejercían a diario mezclándolo con resignación (la mayoría convencidos por el catolicismo de que así ganarían el paraíso).
La gente hace un par de generaciones era más contenida, pero por lo mismo cuando perdían el control quedaba la ca-ga-da.
Bueno, yo todavía no he saltado por la ventana ni he arrojado objetos contundentes a nadie, tampoco me he peleado a combos ni he gritado insultos en público (ni en privado tampoco), pero de que algunos se los merecen, no hay duda.
El desafío es que, aunque una persona pida a gritos con sus actitudes que uno le saque la chucha, uno pueda contenerse y no reaccionar. Como los entrenadores de delfines: si el animal hace mal un truco no hacen nada. No le pegan, no lo insultan, ni lo miran feo, sólo siguen como si nada hubiese pasado. Se llama la técnica de extinción, con ella logran que las conductas indeseables, al no encontrar piso en qué apoyarse se extingan por falta de interés.

¿Por qué dejar el orgullo de lado es tan importante para desarrollar la capacidad de amar?

Creo que la razón es que tratar de ser mejor que el otro todo el rato nos impide ponernos en su lugar, empatizar.
No confundir orgullo con dignidad, son cosas totalmente distintas.
Orgullo es que como yo soy ingeniero no pesco a las secretarias, es que te miro feo para yo sentirme mejor, es que me engrupo en mis cuentos intelectualoides para encontrarte tonto e inculto y yo más inteligente y genial, y así.
La dignidad tiene más que ver con no darle el gusto a quien quiere hacernos daño de vernos llorar o no emborracharse tanto que tengan que sujetarte la cabeza para vomitar la intoxicación y cosas por el estilo.
Si no me bajo del pedestal de ídolo que me construí, no voy a estar nunca a tu altura y, por lo tanto, no me voy a fijar en ti, ni menos aún me voy a enterar de qué te pasa o por qué te comportas de determinada manera: no te voy a poder ayudar.

Perdón ¿y olvido?

La letra de la canción "Dos Margaritas" de Os Paralamas Do Suceso tiene un verso que dice: "si la venganza borrase el dolor" y otras cosas imposibles como "si Charly escribiese la Constitución" que harían feliz al protagonista con cualquier tontería, pero como no es así "nada me hará tan feliz como dos margaritas", que puede referirse o no a las tequilosas y refrescantes bebidas alcohólicas homónimas, no se sabe.
El punto es que la venganza no borra el dolor, puede ser que el tiempo lo haga o que no se vaya nunca y debamos vivir siempre con él, lo importante es que, aunque a uno le duela, le pique o le moleste algo que le hicieron, que cree que le hicieron, que provocaron indirectamente o posiblemente le harán en el futuro y a uno ya le carga, perdone al sujeto involucrado en cuestión.
Perdonar no significa olvidarse de todo, sino mirarlo desde otra óptica, no dejar que se inmiscuya en tus relaciones presentes ni en tu presente completo, significa echarle Mentholatum a la roncha y seguir adelante. Es acordarse de la avalancha de cosas buenas (si es que las hubo) y desechar lo demás.
Bueno, hay casos extremos como que a uno le maten a un hijo en que todo esto se oye muy bonito pero no es más que palabrería. Salvo esas excepciones creo que se puede aplicar el perdón a casi cualquier cosa.
La empatía es clave en este punto.
Por ejemplo, si alguien fue tu amigo/a y te salió con algún pastelazo (traición, pelambre, mentira, robo etc.), ponte en su lugar, pregúntate por qué lo hizo, qué debió haber sentido en ese momento y después, reflexiona sobre las circunstancias que rodearon la situación y las características de tu amigo/a en ese momento, tal vez era un adolescente y le ganó la inmadurez, o puede ser que haya sido pura mala leche no más. Ahí sería más entretenido tratar de perdonarlo/a porque pucha que es complicado
A mí lo que más me cuesta es perdonar a la gente que me ha insultado, denigrado o mellado mi dignidad de alguna forma. Me cuesta "kilos" o más bien "toneladas", pero hasta el momento siempre lo he logrado. Insúltenme no más: es gratis.


Conclusión y "Disclaimer"


Las opiniones de la autora no necesariamente reflejan el pensamiento de los anunciantes de Google AdSense que auspician este blog. Así que aunque crea que son leseras, déle clic no más.

Bueno, si algo he aprendido en la vida es que los seres humanos somos perfeccionables y le doy otra oportunidad a la Humanidad entera, incluyéndome a mí.

Por otra parte, lo he repetido hasta el cansancio, no soy gurú de nada ni de nadie, sólo quiero que sea más fácil el tránsito por la vida para todos.

Igual no creo que nadie haya alcanzado a leer hasta aquí esta "webada" es demasiado larga, je, je, je. Pero de todas formas, que cada uno haga lo que quiera, mátense entre ustedes, insúltense, ódiense, peleen, vénguense... pero conmigo no vengan a quejarse.

Todos los días...

¿Por qué no puedo dejar de pensar en tus ojos verdes?

Me asalta a cada rato el sonido de penita de tu voz diciendo: "Creí que íbamos a vernos hoy", la rabia de frases como: "nadie me avisó, que ahora hagan lo que quieran"

Me persigue el reflejo dorado de tus cejas espesas con sus dos antenas gigantes.

Me es imposible no obsesionarme con tu cuello con olor al perfume que sabemos a quién le gustaba.

Con tus manos agitándose en una mímica frenética mientras oyes a Metallica.

Con tus piernas largas y torneadas recorriendo la pieza del hotel.

Con tu sonrisa que me hace sentir una tibieza extraña por dentro.

Y con tus carcajadas de complicidad.

Amo a Don Plomo tanto como amo a Don Amoroso.

No lo puedo evitar, aunque es posible que en el futuro caiga al abismo.

Soy un lemming.

No me despierten, por favor: SOY FELIZ

lunes, 23 de febrero de 2009

De vuelta al trabajo

Estoy feliz de estar en la oficina nuevamente. Es cierto que tengo cientos de cosas que hacer, pero no me molesta para nada.

Amo mi rutina, no quisiera estar en ninguna otra parte en este momento :)

domingo, 22 de febrero de 2009

Mis Obsesiones

Sí, vivo obsesionada con mi peso, con los dolores, las ofensas y las traiciones del pasado.

Me obsesiona obsesionarme.

Soy un oso de peluche en medio de un cuarto abarrotado de juguetes y ningún otro oso de peluche.

"No tengo hambre, no tengo hambre, no tengo hambre..."

viernes, 20 de febrero de 2009

La Muerte

Nuevamente acecha la muerte, añoro los días en que para mí era algo lejano e intangible, cuando era una niña y no pensaba en eso. Vivía como si no existiera.

Aparte de mi abuelo paterno que murió cuando yo tenía 9 años, no conocía a nadie que hubiera muerto. La muerte no existía en mi vida.

Ánimo y fuerza a los que sufren en este momento por su causa. Un gran abrazo a una persona en particular que lee a veces este blog.

No importa si ésta es esperable, si estamos resignados, si creemos que es lo mejor, nos da pena igual... y miedo.

A mí me da miedo morir. Y no le creo a la gente que dice no temerle a la muerte propia ni a la de los seres queridos.

Todos tenemos instinto de conservación. Todos hacemos planes para el futuro, aunque sea en nuestras cabezas y no explícitamente.

La muerte se interpone en nuestros planes, los aplasta, los trunca, no nos deja participar en ellos.

Todos queremos tener a nuestro lado a las personas que queremos para siempre (valga la redundancia), o por lo menos mientras dure nuestra existencia.

Hay gente que dice: "yo no le tengo miedo, le tengo respeto" ¿Qué se supone que significa eso? No quieren ser llamados cobardes. Temerle a la muerte no es cobardía, es sensatez. Si prácticamente todo lo que hacemos es existir ¿Cómo no vamos a temer el día que dejemos de hacerlo?

La muerte es frustrante y tremendamente poderosa. Por eso todos tratamos de hacernos una idea de qué pasará después de que nuestro cuerpo deje de funcionar.

Elija su teoría favorita que puede estar de acuerdo o no a su religión.

Yo sólo quiero que me deje en paz.

Estoy un poco deprimida, el tema de verdad me pone mal, creo que con el tiempo he ido desarrollando una aversión hacia ella que aún no me impide salir de mi casa para ir a un funeral, pero que me preocupa igualmente.

Nunca me ha gustado ir a los cementerios, porque ahí no hay nada, sólo un cajón y una placa conmemorativa. La persona ya se extinguió. Punto. Pero voy acompañando a otras personas si la ocasión así lo exige.

No quiero morir, no todavía, tengo los bolsillos llenos de proyectos.Bueno, en todo caso cuando esté muerta ya no me va a importar nada...

"Do you realize that everyone you know will be dead one day?" (o algo así, es la letra de una canción que no puedo recordar en este momento).

miércoles, 18 de febrero de 2009

El Campamento de Verano de la Tía Valeria

Desde el domingo estoy en la casa de mi hermana con mis lindos sobrinitos de 5 y 2 años y medio. Estoy en mi última semana de vacaciones.

Con el mayor hacemos las tareas que no pudo terminar durante el año en el jardín, jugamos en el computador y le leo cuentos en inglés.

La chiquilina es más tierna y le gusta jugar con su oso de peluche, pintar, cantar y regalonear conmigo.

Vamos todos a la plaza, nos bañamos en la piscina, hacemos pic-nic en el jardín y jugamos a distintas cosas al aire libre.

Todo eso fue bautizado por mi hermana como "el campamento de verano de la tía Valeria".

Ilusoriamente, me había hecho la idea de que iba a poder leer y hacer cosas de adultos. Nones.

Todo gira en torno a los retoños de tierna edad que llenan la casa con sus juguetes y presencia infantil. Pero anoche ví la película W. de Oliver Stone (muy entretenida) y me doy mis espacios para conversar por teléfono con el gringo que tiene que estar de cuello y corbata en la oficina mientras yo luzco un bikini distinto cada día al lado de la piscina.

Amo estar de vacaciones y creo que los niños están contentos de que esté aquí, de hecho una forma de que se tomen la leche y coman es decirles: "bueno, me voy a mi casa a ver al gato". Santo remedio, se portan regio.

lunes, 16 de febrero de 2009

Las Cruces II

El fin de semana del 14 de febrero fui a Las Cruces. Pero no fue un viaje cualquiera, el gringo me presentó ante su familia como su polola en forma oficial.

Debo confesar que me sentí un poco apabullada cuando me esperaron todos en la terraza y ví que tenían cóctel antes del almuerzo para recibirme. Estaba un poco nerviosa, pero supongo que el exquisito pisco sour del tío contribuyó a que me relajara.

El gringo me tenía un tremendo ramo de claveles rojos y amarillos de tallo larguísimo por el día de San Valentín. Yo por mi parte, le entregué un marco con una fotografía que nos tomaron en la Plaza de la Revolución.

Después de un almuerzo riquísimo y más que abundante, dormimos siesta y nos fuimos a la playa. Esta última estaba repleta, pero no fue desagradable, al contrario, me encantó ser parte del tumulto y oir las conversaciones, ver los juegos de los niños y un perrito callejero que entraba y salía del mar para buscar un palo que ellos le tiraban y respirar el aire marino.

El mar en Las Cruces es precioso, el agua es verde y se disgrega en espuma blanca al reventar sobre las rocas. No será muy tibia el agua, pero es mucho más entretenido de ver que los mares de Centroamérica con tu quietud exasperante.

No sé qué he hecho para merecer tanta atención (seguramente nada, es sólo que soy la mujer más afortunada del mundo), el gringo me llevó en la noche a comer al Hotel Las Cruces con velas, flores y una preciosa vista al mar. Además tocaron mi canción clásica favorita: El Bolero de Ravel, y una selección de valses y otros por la orquesta de André Rieu.

La comida estaba exquisita, pero demasiado copiosa para mi estómago, con la entrada de locos ya quedé bien y el segundo plato era una fuente (sí, fuente no plato) de corvina margarita (bañada en una salsa de mariscos). Sólo pude comer los mariscos, la corvina apenas la probé).

Luego fuimos a caminar en medio de los actos finales de celebración de la semana crucina. Mucha cueca y demases a todo volumen, era agradable pero un poco ruidoso. Fuimos a la feria de artesanía a ver si encontrábamos al gringo del medio y su polola, así fue y estuvimos con ellos un ratito, por supuesto que me tenté y me compré un collar y regalos para los niños. Soy una consumista compulsiva que se mantiene a raya por la razón o por la fuerza del presupuesto.

Nos encaminamos a un pub y cuando llegamos no había mesas, nos arrimamos a una que nos "prestó" un grupo y como había karaoke, canté un poquito. Era la clásica y últimamente sobrevalorada música de los 80 en su máxima expresión: el rock latino. En 25 minutos no llegó la carta, así que enfilamos hacia la casa. Aún nos quedaban un par de cosas por hacer antes de dormir...

Feliz día del amor, gringo. Gracias por un fin de semana excelente.

jueves, 12 de febrero de 2009

Frases Útiles Para La Vida

Creo no haber envejecido en vano, con el tiempo me he vuelto más prudente y reflexiva, y definitivamente menos impulsiva. En mi inconsciente siempre guardo los consejos y frases que he recibido de mi familia y por la vida en general.

La mayoría son dichos populares o pedazos de canciones que tratan sobre la cautela, la mesura y la precaución. No creo que le sirva a nadie, pero las recopilaré aquí para recordarlas siempre:

- Piano, piano si va lontano, chi va forte va a la morte: se refiere a darle tiempo al tiempo y a no precipitarse, es lo mismo que "despacito por las piedras".

- Hay que guardar, eso conviene porque el que guarda siempre tiene: apunta principalmente al ahorro monetario y en general a que todo lo bueno debe tratar de conservarse ("el que tenga un amor que lo cuide, la salud y la platita que no la tire").

- Ni tan frío que hiele, ni tan caliente que queme: la intensidad de las relaciones humanas es compleja, si te involucras mucho te puede ir mal, pero si no pescas te puedes perder de algo bueno, es especialmente útil en casos complejos como la familia política o las relaciones laborales.

Eso es por ahora, si me acuerdo de algo más, lo agregaré.

P.S.: Yo no pretendo ni nunca lo haré dar cátedra, predicar en un púlpito ni vender la pomada a nadie. No soy gurú de nada, ni me interesa decirle a los demás cómo vivir su vida. Sólo escribir en mi blog lo que me ha sido útil, por si le sirve a alguien más. Eso

miércoles, 11 de febrero de 2009

La Mayor de las Antillas

Introducción

La tarea de describir mi viaje con el gringo a la isla de Cuba es absolutamente titánica y da para un blog completo. Es casi imposible describir todas las sensaciones, olores y tonalidades percibidos en él y temo que al no incluir algo acá por olvido, ello redunde en que a la larga lo borre de mis recuerdos.

A pesar de todo, he decidido comenzar de una vez por todas con esto dejando los miedos y aprensiones de lado, acojinadas en que siempre puedo agregar palabras a la misma entrada de este blog a medida que vaya recordando. Enjoy!


El Vuelo


Tomamos la tercera opción más económica que se ajustaba a nuestros planes vacacionales, la que incluía pasajes en clase turista vía Copa Airlines, una aerolínea panameña.

El vuelo fue eterno, con una escala de horas en el aeropuerto de Panamá, que tiene un Duty Free no muy conveniente, pero que es muy moderno y cómodo (sólo encontré que el aire acondicionado estaba exageradamente alto).

En la escala aproveché de comprar un par de cosas y escuchamos música compartiendo los audífonos (uno para cada uno). Metallica una vez más endulzó la espera.

Además, nos habían dado asientos separados, por lo que dependíamos de la buena onda ajena para poder sentarnos juntos, lo que se repetía cada vez que nos subíamos a un avión distinto. Por suerte pudimos lograrlo todas las veces, gracias a la amabilidad de las personas.

Ciudad de La Habana

Después de ese largo y absolutamente agotador vuelo, llegamos al hotel Occidental Miramar en La Habana. Se veía bastante bien, pero el cubrecama estaba roto (tenía un pequeño hoyo), el basurero del baño estaba herrumbroso y las rejillas del aire acondicionado tenían varias décadas a su haber o por lo menos así lo parecía. Lo que fue compensado por un estupendo buffet a la hora del desayuno.

Al día siguiente tomamos un city tour por la capital cubana, gracias a que el gringo pudo conseguir de mutuo propio un cupo para la mañana (nos habían dicho que era imposible y nos habían vendido uno para la tarde). Las agencias cubanas son MUY desorganizadas, nos hicieron pasar pésimos ratos y en todo tiene que estar uno, si los dejas solos nada funciona.

Visitamos el Capitolio, la Plaza de la Revolución, el barrio Miramar (que es como Providencia y tiene casonas antiguas muy bonitas convertidas en edificios del gobierno u otros sitios comerciales) y otros lugares, pero lejos lo más interesante para mí fue La Habana Vieja, que posee todas las construcciones coloniales, está siendo restaurada con fondos de la UNESCO y es el MUST de esta ciudad.

Nos hicieron un recorrido por las plazas e iglesias por la mañana y decidimos no tomar el bus de vuelta al hotel, en cambio buscamos un lugar para almorzar y enfilamos hacia La Bodeguita del Medio.

Este último lugar fue decepcionante. Para empezar era como ir a Isidora Goyenechea: totalmente turístico, repleto y "trendy". No tenía música de fondo, nos dieron una mesa en la que cabíamos a duras penas, el baño era sucio (pero no asqueroso), tenías que rezar para que te atendieran y la comida era como "hecha para los gringos", de criolla no tenía nada. Ni hablar de los precios, carísimo.

La comida típica cubana (o por lo menos la que le venden a los turistas) es chancho con batatas, arroz blanco y porotos negros.

En fin, nos quitamos el gusto y estuvimos ahí, pero realmente nos gustó muchísimo más el restaurant La Mina, lo recomiendo ampliamente, la música en vivo le daba ambiente, la comida era deliciosa y abundante, los tragos ricos, el lugar muy espacioso y el personal sumamente amable. Los precios son bastante razonables, considerando que todo lo que se paga en pesos cubanos convertibles está pensado para los turistas.

El resto de La Habana está terriblemente viejo y gastado, hay ropa tendida por todas partes (lo que contribuye a darle un aire de población callampa), los edificios lloran por una mano de pintura y masilla para sus grietas, y las calles son pedazos de pavimento entre los hoyos.

Se me quedan mil detalles en el tintero, que iré agregando poco a poco.

Varadero

La idea de ir a la playa es "ir a la playa" ¿o no? Bueno, nos ha tocado un frente de mal tiempo históricamente frío y con unos vientos bastante poco invitantes. Por lo que nuestras visitas a la playa fueron con ropa y consistieron en caminatas.

De todas formas lo pasamos muy bien, lo que más recuerdo del mal tiempo son los mojitos y las comidas buffet, fieles ayudantes de la acumulación de calorías que nos deleitaron y entretuvieron.

El hotel Iberostar Tainos no es ninguna maravilla, pero tampoco podríamos decir que tuvimos una mala experiencia. Digamos que cumplió con lo justo y necesario.

Tomamos un tour a Cayo Blanco y ese día nos tocó sol unos minutos, pude bañarme a pesar de que el agua estaba fría y se nubló rápidamente. La navegación fue panorámicamente preciosa y el gringo hizo snorkeling, yo no, tenía demasiado frío... como casi siempre.

Realmente Cayo Blanco es paradisíaco, creo que es mi lugar favorito en el mundo, maravilloso incluso nublado y ventoso. Sólo es un pedazo de tierra que se levanta levemente sobre el mar, con arena blanquísima y muy fina, aguas cristalinas (esta vez había muchísimas algas por el mal tiempo) y muchos manglares de un verde precioso.

Estoy feliz de haber podido compartirlo con el gringo, muy feliz.

lunes, 9 de febrero de 2009