¿Por qué no puedo dejar de pensar en tus ojos verdes?
Me asalta a cada rato el sonido de penita de tu voz diciendo: "Creí que íbamos a vernos hoy", la rabia de frases como: "nadie me avisó, que ahora hagan lo que quieran"
Me persigue el reflejo dorado de tus cejas espesas con sus dos antenas gigantes.
Me es imposible no obsesionarme con tu cuello con olor al perfume que sabemos a quién le gustaba.
Con tus manos agitándose en una mímica frenética mientras oyes a Metallica.
Con tus piernas largas y torneadas recorriendo la pieza del hotel.
Con tu sonrisa que me hace sentir una tibieza extraña por dentro.
Y con tus carcajadas de complicidad.
Amo a Don Plomo tanto como amo a Don Amoroso.
No lo puedo evitar, aunque es posible que en el futuro caiga al abismo.
Soy un lemming.
No me despierten, por favor: SOY FELIZ
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