jueves, 2 de abril de 2009

Mi primera vez

Hoy le cociné al gringo una comida yo sola por primera vez, fue como jugar a las tacitas: él llega cansado del trabajo y ella lo espera con un pisco sour y una comida exquisita.

Le achunté y le hice su ensalada favorita (o una de sus preferidas) ¡punto a favor!

También la hice de oro con unas papas fritas caseras (hace como 15 años que no hacía papas fritas) sin terminar en la unidad de quemados de la Clínica Las Condes.

Es que de verdad hacía demasiado rato que no hacía una comida completa y como Dios manda (es una forma de decir, Dios no existe). Uno tiene que hacer malabarismos en la cocina para que todo esté sincronizado y listo al mismo tiempo. Es todo un logro.

Yo diría que el único secreto en la cocina es la paciencia. Todo tiene su tiempo y su temperatura. Si uno hace el caramelo rápido, se quema. Si haces un guiso a fuego alto y no lo revuelves, se pega. Si dejas algo con leche hirviendo y te vas, se rebasa. Y así.

Si uno se dedica sólo a cocinar, se da el espacio y se lo toma con calma, lo más probable es que todo salga bien. Si ves TV, pones la mesa y fríes/hierves/cueces al mismo tiempo, los resultados no son de lo más auspiciosos.

Por eso hay gente que dice "se me quema hasta la ensalada", quieren hacer todo al tiro y a la velocidad del rayo. Mal.

Bueno, retomando, digo que es la primera vez que cocino algo para él totalmente sola, porque antes habíamos ido a Las Cruces y habíamos hecho entre los dos esa comida tipo mochilero, pero menos insípida. Igual hubo algo de preparación, salimos a comprar verduras el día anterior y él fue un día a traer cosas para el desayuno (hasta me compró un yogurt, por algo quiero con locura a este hombre) que incluían pan fresco y huevos, que hicimos revueltos ¡mmmmhhhhh!!! (no hay nada más rico con hambre).

Es bacán estar juntos en la cocina, cooperar, animarse, contarse chistes, anécdotas o sólo acompañarse. Uno realmente se conoce, porque no hay tiempo para desconcentrarse, se persigue un objetivo común, se pasa rabia, incertidumbre o alegría y se disfruta o aborrece en conjunto el fruto de los esfuerzos. Ves a la otra persona en todas las facetas, sabes qué palabras se le escapan cuando se quema o algo no resulta como esperaba, por ejemplo. Cocinar es toda una experiencia y ya le tomé el gustito de nuevo...

(El título de este post es "terrible de vendedor" como todo lo que se puede interpretar en otro sentido. Maldito marketing, maldita vida...)

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