miércoles, 24 de diciembre de 2008

Ella Canta Sola



Ya debiera estar acostumbrada a que mi vida sea como una película de Woody Allen, pero aún no pierdo la capacidad de asombro.

Ayer tenía carrete con mis ex-compañeros del Diploma de SGI, le pregunté la dirección del lugar a la organizadora y me llegaron dos e-mails que no se podían abrir porque eran demasiado pesados (por lo menos eso es lo que decía el señor hotmail), en fin, busqué la dirección por mi cuenta y desistí de abrir los famosos correos electrónicos.

Hice hora en la oficina, aproveché de trabajar un poco y sacar cachos, lo que siempre me hace feliz. Tomé un taxi y me fui al Entrecantos que es un Pub-Karaoke ubicado en Bombero Núñez con Domínica. Llegué puntualmente a las ocho y no estaba ahí ninguno de mis compañeros todavía.

Pedí un Ruso Blanco que tiene todo lo que me gusta: crema, licor de Kalhua y vodka. Me dediqué a escribir como siempre lo hago cuando estoy sola frente a un trago esperando a que aparezca la o las personas con las que me voy a ver.

De repente caché que si no comía nada me iba a emborrachar, así que pedí unos nachos con guacamole (eran nachos de paquete marca Evercrisp o algo así, malísimos, y el guacamole tenía tanto limón que apenas se sentía el gusto de la palta).

Después de un rato llegó la garzona con la carta de karaoke y tres papelitos para anotar las canciones que uno quisiera cantar. Yo elegí "Bring Me To Life" de Evanescence, "Master Of Puppets" de Metallica y "Celebration" de Kool and The Gang porque me parece alegre y festiva.

Pasaba la hora y entre tanto trago, nacho y canción llegaron las nueve de la noche, pero ninguna persona conocida.

Llamé a un compañero del diploma (del único que había confirmado asistencia y del que tenía su número de celular) y me contó que cuando él iba saliendo al Entrecantos, lo llama la organizadora del evento para avisarle que se suspendió.

Desde ese momento no pude parar de reír ¡iba a estar sola todo el rato! Él me decía: "Pucha, qué lata, Vale" y yo pensaba "¿Por qué lata? estoy en un lugar agradable con un trago exquisito y además karaoke".

Cuando cortó seguía riéndome, porque lo que él consideraba mala suerte para mí era un escape de la rutina y regalarme un momento a solas que difícilmente hubiese conseguido de otra forma.

Desde enero que he estado con pareja todo el rato y ya se me había olvidado lo que era estar sola, me dí cuenta de que en verdad lo paso increíble conmigo misma. El gringo me preguntaba cómo era posible que hubiera estado más de tres horas sola en un bar y mi única respuesta posible fue ésa: "es que lo paso bien sola, acuérdate que yo pasé unas vacaciones enteras sola", él arguyó que es distinto porque estás conociendo lugares y yo le contesté que en este caso el atractivo para mí era el karaoke y el rico cóctel que estaba bebiendo.

Cuento corto, pedí otro Ruso Blanco y canté las canciones que había seleccionado a medida que me iban llamando. Había dos grupos grandes de gente, uno era una familia y el otro compañeros de trabajo seguramente en su celebración de Navidad de la empresa. La primera que tocó fue "Master Of Puppets", inmediatamente hubo una reacción favorable por parte de los más jóvenes del grupo familiar, yo hacía cuernos con las manos y de las mesas me respondían con el mismo gesto, la introducción musical fue casi eterna, así que la rellené con los sonidos guturales que hace usualmente James Hetfield y después lo demás salió solo. Amo cantar, con o sin público, por suerte soy afinada, si no creo que moriría de pena. Resumen: aplausos y silbidos masculinos. Los oficinistas me gritaban que me sentara con ellos, sí, clarrro, segurrro.

Después canté la de Evanescence, mal porque me sabía el puro coro y me dí cuenta cuando ya había empezado la canción, pero filo igual salvé con humor. Mismo resultado, todo bien.

La última fue "Celebration" que como es tipo dance, entusismó a las mujeres de la mesa familiar que bailaban y aplaudían. Resumen: hizo furor.

Llamé a un querido amigo para decirle que por favor hiciera un cómic con la situación porque era demasiado absurda y él se preocupó por mí, me preguntó si necesitaba que me fuera a buscar y todo. Más que nunca me dí cuenta de que es mejor tener amigos que plata. Gracias.

Para concluir, debo decir que estar sola es increíble, hago lo que se me pega mi regalada gana, siempre tengo tema para escribir, nunca me faltan pretes (anoche por lo menos dos hombres me coqueteaban descaradamente, como si me importara en todo caso) y ando a mi propio ritmo.

Gracias, azar, lo necesitaba.

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