El gringo me dijo algo bacán hoy: "Me tienes convencido de que te encanta Metallica, si hasta parece que la fanática de Metallica fueras tú y a mí me gustara no más, ja, ja, ja, ja. Se invirtieron los papeles".
Y sí, poh, en el auto tengo hartos CDs de Metallica y siempre los pongo cuando ando sola o con él. Es que me ha llegado a gustar mucho (aunque obviamente no más que Faith No More) y, además, me apasiono por las cosas que me gustan, sobre todo cuando se trata de música.
La cosa es que antes de andar con el gringo, yo sólo había escuchado las canciones más conocidas de Metallica y había visto una vez un documental de la grabación de uno de sus discos por casualidad en la televisión abierta que me había gustado, pero no me había cambiado la vida.
Bueno, todavía no me ha cambiado la vida en nada, pero cada vez más le agarro más el gustito a la cosa, principalmente al Death Magnetic, que me encanta. He pasado de confundir a Lars Ulrich con James Hetfield hace 8 meses, a distinguir las diversas etapas musicales del grupo según las canciones y los estilos, si eso no es progreso, no sé qué lo sea.
Me gusta escucharlos porque me recuerdan al gringo, por ejemplo "Suicide and Redemption" me trae a la memoria el viaje de vuelta desde Chungará hacia Arica, los paisajes, el desierto, la tundra, los ojos verdes del gringo y la emoción de nuestro primer viaje juntos.
También, con el gringo hemos ido varias veces a ver a Battery, un grupo chileno de tributo a Metallica que ya he mencionado en otros posts de este blog, en el House of Rock and Blues y el sábado pasado por primera vez en el Rock y Guitarras, invitados por el maestro Chelo Rossa, su eximio bajista.
Entonces hemos creado historia común en torno a eso, así como al rock en general, como cuando me acompañó a la Cumbre del Rock Chileno o al House of Rock and Blues a ver a Please No More (tributo a Faith No More). Por lo mismo, creo que Metallica ha logrado ocupar un lugar en mi vida que otros de los intereses de él jamás podrían (por ejemplo el fútbol o el derecho).
Resumiendo, creo que es rico que la música una a la gente, que te lleve a hacer amigos nuevos y a explorar nuevas dimensiones de quienes ya conoces.
Un homenaje a todos mis amigos músicos, a quienes quiero mucho aunque no los llame, no los vea y sólo les postee algo cada par de meses. Si de algo les sirve saberlo, nunca me olvido de ellos.
¡Vivan los músicos chilenos! ¡Larga vida al rock!!!
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