Ayer fuimos con el gringo al cumpleaños de uno de sus amigos y lo pasé la rajaaaaaaa. De hecho lo pasé tan bien que no quería irme, estaba súper prendida y me hubiera quedado hasta la hora nona, si no es que el gringo me hace aterrizar a las diez y media y me lleva de un ala al metro.
Yo soy tan desordenada, impulsiva, de piel y relajada que el gringo me hace bien.
Por ejemplo, yo no mido mis gastos. Como mi papá me auspicia los gastos fijos, generalmente ni me fijo lo que valen las cosas, ni me arrugo si un taxi me sale diez lucas o una bandeja de quesos vale siete. Él me dijo: "no puedes vivir en las nubes" y no le puedo encontrar más razón.
Es difícil el equilibrio, como cuando estaba ahorrando para viajar a Sudáfrica o hace poco para mi auto nuevo, vivía pasando pellejerías y vendiendo toallas bordadas o alguna otra cosa, y me "cagaba" con cada peso. En cambio ahora, el gringo me abrió los ojos: me he puesto autoindulgente, dándome todos los gustos que puedo y eso es pésimo.
El objetivo, entonces, consiste ahora en fijarse más en los egresos y utilizar más la locomoción colectiva en vez de tanto taxi ¿Misión Imposible???
1 comentario:
Va mal la cosa, tuve grabación, salí tarde, así que me vine en taxi a la casa :P
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