martes, 23 de junio de 2009

Fin de Semana Largo



¡Uf! Sé que hace tiempo que no escribo nada y es que prefiero dejar de teclear cuando no hay nada qué comunicar.

El próximo fin de semana es largo. Lo que me lleva a pensar que una de las cosas buenas de trabajar más de 40 horas a la semana en horario de oficina es que los fines de semana de 3 días se disfrutan a concho, aunque estés ordenando el clóset, no importa, estás en tu casa y no en la oficina, te levantas a la hora que quieres y no tienes que salir corriendo y mirando el reloj a cada rato al frío de la mañana.

Yo nunca he trabajado sin horario ni en forma independiente. Lo más parecido a un esquema libre ha sido la Universidad en los últimos años, cuando tenía menos clases y escribía mi tesis. El resto de mi vida ha consistido en levantarse apenas suena el despertador de lunes a viernes y a veces los sábados (sí, también me toca trabajar los sábados muy de vez en cuando). Bueno, no siempre salto de la cama con la alarma, hay días en que la dejo sonar y me quedo un rato más en cama pero despierta.

Creo que es por eso que cuando estoy de vacaciones me desoriento, no sé qué hacer con mi tiempo y una de las cosas que hago para llenarlo es viajar y turistear. Es gracioso pensar que cuando por algún motivo (enfermedad, permiso, etc.) estoy en la calle a las once de la mañana veo un mundo totalmente distinto al de las siete a.m.: las micros con una cantidad razonable de pasajeros (si hasta se ven asientos vacíos), la gente camina con tranquilidad, compra, pasea o vitrinea, las calles no están repletas de automóviles con conductores furiosos y atrasados que utilizan la bocina para descargar la frustración de no poder dormir un rato más. Es una sensación de libertad única. Incluso me parece que lo que nos hace envejecer no es el paso del tiempo, sino el encierro...

Siempre me he preguntado cómo será ser dueña de casa. Generalmente hay que levantarse a primera hora para atender al proveedor de la familia y hacer cosas de bastante tediosas como asear, lavar, cocinar, ordenar, además de estar encerrada todo el día, excepto para salir a comprar alguna cosa para la casa y tener todo listo para cuando llegue el marido. Quizás nunca lo sepa, es lo más probable. Después de todo, las mujeres que se quedan en la casa son cada vez menos y trabajar en el competitivo mundo de hoy se hace imperativo. Una tía me decía con mucha vehemencia: "Nunca dejes de trabajar, nunca". Ella trabajó un tiempo y cuando se casó y tuvo hijos, su marido le dijo que no era necesario que seguiera trabajando, así es que se dedicó a ser la señora de la casa, como Madame Bovary, y después se arrepintió infinitamente. Me imagino que, por una parte debe ser rico no correr desde temprano y llegar como trapo a la casa después de la jornada laboral, pero también debe ser infinitamente tedioso hacer lo mismo todos los días, todos los meses, todos los años... Tal vez por eso algunas mujeres se vuelven amargadas.

Bueno, son demasiadas conjeturas para un solo post.

Nos leemos.

1 comentario:

julio dijo...

es problema es que como sociedad -en este pais- no hemos aprendido a ocupar el ocio, a disfrutar del ocio. En un pais casi exitista, se nos ha enseñado que el tiempo libre es de flojos. por lo tanto, debemos ocuparnos en algo.

a medida que entramos en el campo laboral, nos acostumbramos a estar "produciendo", es decir, nos formamos una rutina de la cual no es dificil despegarnos. un fin de semana largo implica encontrarnos con nosotros: y no sabemos hacerlo, no nos soportamos en el fondo; de ahi que hagamos y hagamos para tapar esa dificultad, que es mirarnos al espejo.

a mi me gusta el ocio. me aburro tambien con mucho tiempo libre, pero la flojera es sana para la salud mental humana. he luchado arduamente con el hecho espero inevitable de volverme un trabajolico, un asiduo a la productividad. he entrado en periodos en que trbajo en casa.

respecto a las dueñas de casa... es un tema cultural. Parte en los años 50, donde las madres eran "entrenadas" para dedicarse a los cuidados de las casas. si uno lo piensa bien, da penas a veces, pero les gusta estar asi. es su forma de vida.

ahora bien, el ser dueña de casa las hace propensas a la violencia economica, por eso nuestras madres fueron las ultimas dueñas de casa. esta generación creció con el mandato familiar: "no importa quien seas o que hagas, solo tienes que estudiar para que nadie te moleste".

no es un desprecio por las dueñas de casa. nuestra sociedad tiene nuevas necesidades. y cumplimos.

pero, conforme pasaron los años, el rol de la mujer cambio. controlaron la sexualidad, el cuerpo, y todo. y bien que sea asi, aunque en el fondo no es un cambio tan profundo. el machismo esta arraigado en nosotros: fuimos criados por madres machistas, pero con padres mas igualitarios.

pero el ocio. disfrutemos el ocio. aunque sea mirando una peli junto a un helado junto a un ser querido.